jueves, 6 de junio de 2013

229 Retorno a casa Palamós-Irun

229 Retorno a casa. 19 de julio de 2009, domingo
Palamós-Barcelona-Irun.

Amanecer en Palamós
El guarda de noche de Vostra Llar me despierta a las 6:05 h y me dice que ya han abierto Sarfa, que es del grupo Sarbus. Me levanto, orino y hago un lavado de gato. En principio tengo intención de ir, sacar billete y volver por mis pertenencias, pero habida cuenta de lo que me cuestan los desplazamientos, prefiero irme con todo el equipaje. Agradezco al guarda y él se encarga de recoger las sábanas que yo ya he retirado y plegado de mala manera. Salgo por la puerta corredera y llego como puedo a la taquilla. La expendedora de billetes me ayuda para tomar la decisión de si me conviene más ir a Girona o a Barcelona. Yo, en principio, prefería ir en tren, pero visto lo que me cuesta desplazarme, la solución autobús es la mejor y para eso, me ofrece mayor abanico de posibilidades Barcelona. Así que el billete que saco será para la Ciudad Condal.

Autobús a Barcelona. Reconociendo algunos parajes de la ida
El autobús llega puntual a las 6:45 h y va haciendo paradas por todos los pueblos. Veo de refilón la plaza del mercado donde desayuné ayer en Sant Feliu y el Museo de Historia que con su torre fotografié un poco antes. También hemos pasado por el puerto de Platja d’Aro y el lugar en que cogí el camí de ronda. Hacia las 9:00 h llegamos a Barcelona, por zona próxima al Tibidabo (al menos, esa es mi percepción), quizás sea Montjuich. Al bajar, de nuevo empieza mi calvario de mochilas y muletas. Una de las muletas se ha salido del lugar y me la ajusta el conductor, que se muestra más manitas que yo. Ahora tengo que armarme de valor.

Bar de la Estación de Autobuses
El siguiente recorrido que hago, consiste en: cruzar el parque de autobuses, preguntar en información, ir al extremo opuesto para subir en ascensor a la entreplanta (o primer piso), caminar hacia la mitad de él, donde está la taquilla. El número que me dan es el cincuenta y pico, pero ya no tengo mucho donde elegir y contento de que he encontrado plaza y que el autobús llega hasta Irun. La taquillera me dice que luego puedo negociar cambio de asiento con alguno de los pasajeros. Pago en efectivo y la suma de los dos viajes Palamós-Barcelona y Barcelona-Irun, asciende a 43,69 €. De nuevo comienza el Calvario de descenso y llegar al bar para desayunar. El bar restaurante está en el extremo opuesto al del ascensor. Llego, y me siento en la primera mesa, pero hay mucha corriente y el camarero me recomienda otra que está junto a la sala de fumadores. Bebo zumo de naranja natural, descafeinado con leche de sobre y croissant, todo por 4,80 €. No me pueden enchufar el móvil por razones de seguridad y, además sólo tengo céntimos. Una vez desayunado, me pongo a pensar. Tengo suerte de tener, junto a la mesa de al lado, un teléfono público. Llamo a Luisa. Me sale el contestador y dejo mensaje. Llamo al teléfono que me dio de la casa de la señora a la que cuida, madre de una amiga, y hablo con ella. Le cuento mi aventura y el desenlace final. No nos podremos ver. Llamo a Vera. Hoy sale Mikel con Gari para Cambrils y ella saldrá en un par de días con su concuñado. Como está trabajando la jornada completa para poder dejar terminados los trabajos antes de irse, no me podrá ayudar. Si no consigo ayuda de algún vecino, me dice que le llame (las llamadas me cuestan 1,20 €). Me tendré que valer por mí mismo. Escribo diario en el bar y mi mayor problema es ir al retrete, por la distancia, pero como lo hago sin las mochilas, resulta menos penoso. Bebo una tónica,  1,30 €, mientras escribo. No me acuerdo lo que como, pero sí que pago 11,15 €.

Pido al camarero que me saque foto para recuerdo de la escayola. Queda algo oscura, pero sirve. Para entretenerme hago el último dibujo del viaje. La perspectiva es mi caballo de batalla y los pivotes con cinta elástica, que sólo tienen una franja negra, acaban teniendo tres, tras mi mal cálculo inicial, finalmente, serán cuatro. Lo digo para que no se entere nadie de mi fallo. Llega la hora de mi marcha. El autobús sale a las tres. Me despido del camarero y me voy hacia el andén











Barcelona-Irun. Guillermo
Tengo la buena fortuna de que el único pasajero que también va hasta Irun, lo tengo de compañero. Hablaré mucho con Guillermo de mi viaje y de mi peripecia final. Paramos en Zaragoza y voy al retrete y me tomo una tónica (1,60 €). Cuando subimos, me dice que su cuñado le va a ir a esperar a la estación de Irun y que me pueden acercar a casa. Se lo acepto y agradezco, pues llegaremos tarde y toda ayuda me vendrá bien. El viaje resulta pesado, pero llegaremos bien a Irun y el cuñado me deja en el portal de casa, como había prometido. No he vuelto a ver nunca más a Guillermo, ni al cuñado, creo que ya ni los reconocería si los viera.

Cuentas finales
Ya terminado el viaje, puedo hacer un balance de gastos del viaje:
En comer y beber…………………………………………….          1.441,86 €
Desayunos………………………………      131,50
Comidas…………………………………     908,45
Cenas…………………………………….    283,26
Varios……………………………………     118,65
En dormir……………………………………………………..             368,35 €
Transporte y otros…………………………………………….             139,59 €
Teléfono………………………………………………………               19,15 €
                                                                                                          _________
Total…………………………………………………………...       1.968,95 €

Qué bien, ya estoy en casita. El cuento continuará.

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